domingo, 15 de mayo de 2016

Elección Decano CCEE 2010 - CGU - Reforma Universitaria

Reforma Universitaria[1]     

En los diversos documentos aportados en los últimos años al debate de la Reforma Universitaria hemos renovado nuestra apuesta al sumarnos a las instancias que la propia UdelaR ha definido, para efectivamente hacer que la Reforma sea efectivamente entre todos.

El anteproyecto con alternativas generado por la Comisión Mixta CDC- AGC no plantea innovaciones de fondo al funcionamiento de la institución, su estructura académica y procesos decisionales. No es todo lo removedor y reformista que podíamos pensar hace un par de años, al iniciarse esta nueva etapa de debate y transformaciones  en la UdelaR. Por ende, creemos pertinente ajustar los términos y hablar de “Actualización” o “mejora” y no de Reforma.

Desde la CGU queremos una nueva LO que pueda romper la inercia institucional y superar los intereses de sectores corporativos que desde dentro de la institución siempre están dispuestos a neutralizar los cambios y las reformas.
Apostamos a que la actualización del marco normativo, permita a nuestra UdelaR situarse de la mejor manera ante los desafíos que el mundo actual le impone a nuestra sociedad. Estos implican la necesidad de lograr nuevos acuerdos y consensos para avanzar hacia una educación concebida como bien público, focalizada en educar individuos que formen una sociedad integrada e integradora, que enfrente la fragmentación y exclusión social dando herramientas de formación de ciudadanía, pensamiento crítico y fortalecimiento democrático: una educación de calidad y pertinencia, para todos a lo largo de toda la vida, vinculada al mundo del trabajo, la producción y el desarrollo humano sustentable.

La UdelaR en el sistema educativo
Es muy valioso el avance cualitativo de que la Universidad no se reconozca como el único actor sino como uno más dentro del subsistema publico de educación terciaria, explicitando la voluntad de generar una movilidad estudiantil hacia los distintos niveles y desde diferentes marcos institucionales.

Esto reafirma nuestra convicción de que es necesaria una Ley de Educación Superior o Ley Universitaria que complemente las disposiciones sobre educación terciaria y universitaria de la Ley de Educación vigente, a fin de potenciar las articulaciones entre los distintos actores públicos y privados del sistema e implique una apuesta a garantizar calidad, equidad y pertinencia en la formación terciaria y universitaria.  En caso de existir una Ley Universitaria la UdelaR podría tener como marco normativo base su propio Estatuto Universitario y no tener que esperar que el parlamento apruebe su ley orgánica, lo cual potenciaría su autonomía.[2]

El cogobierno universitario
Nuestra UdelaR (como las universidades públicas latinoamericanas cogobernadas en general) presenta un déficit de gobernabilidad, entendida como la capacidad de articular un proyecto institucional y de llevarlo a la práctica.
Principalmente vemos como consecuencias, la carencia de planificación y concreción de objetivos claros y practicables, y una clara aversión a la evaluación tanto externa como interna, llevando a la merma de la calidad educativa.

Actualmente nos encontramos con un cogobierno alejado de los cogobernados. Maneja su propio idioma, sus propias siglas, sus códigos e interpretaciones de la realidad, que poco ayudan a la fácil comprensión de todos -alejandose del concepto clásico de democracia- transformándose en el cogobierno de los cogobernantes. Uno de los cuestionamientos importantes que debemos realizarnos, es en cuanto a la efectiva participación de los universitarios en los procesos de discusión que en la mayoría de los casos pecan de endogámicos.

Una salida que hace años viene planteando la CGU[3] es la realización de plebiscitos sobre los temas fundamentales, y llevando a elección directa al Rector, los decanos y los integrantes del Consejo Directivo Central como una corrección al déficit democrático reinante.

En el marco de la discusión general sobre la integración de los órganos de dirección de la Universidad y sus servicios, es clave poner a consideración la paridad de órdenes o al menos igualar la cantidad de delegados de los docentes y los estudiantes. Sobre los egresados no es tan claro que deba mantenerse su actual representación y la proporción de la misma, teniendo como principal cuestionamiento su alarmante ausentismo electoral y sus altísimos porcentajes de voto en blanco y anulado de unas cuantas elecciones universitarias a esta parte. Es el orden que presenta mayor  “lejanía” de los temas universitarios de todos los días y en muchos de los casos –no tan común en nuestra facultad- sus representantes son entrados en años, más cerca de configurar un orden de “Jubilados universitarios” que de vinculación con la sociedad y los sectores productivos.
De todas formas es importante recalcar que no queremos centrar la discusión en el mero reparto de poder.

Salida de la disyuntiva
“El consenso no es un objetivo sino una aspiración. Es una posibilidad que puede concretarse a partir del ejercicio analítico reflexivo durante el debate de las ideas. Si se concreta mucho mejor. Pero lo fundamental en una reforma universitaria radica en la mutua comprensión de las visiones divergentes, puesto que llegará un momento en que unos deberán hacer, ejecutar y llevar adelante lo que en principio no estaban enteramente de acuerdo. Sin ellos - también - no hay reforma posible. Por eso es que el consenso no es lo prioritario, salvo que se esté asumiendo desde un inicio la debilidad de los planteos propios. O como ha sucedido más de una vez se recurre a este procedimiento donde el veto funge como alternativa para imponer visiones endebles y por lo general minoritarias”. [4]

En el camino hacia concretar una propuesta universitaria de reforma de la ley expresamos nuevamente que el mejor gesto respecto al cual la Universidad puede hacer pesar su postura ante el parlamento es hacer pasar su propuesta por la legitimidad de los ordenes a través de un plebiscito universitario. Tanto para saldar las “alternativas” sobre los artículos con dos o más propuestas como para ratificar un proyecto consensuado.

Carrera Docente

En consonancia con lo planteado desde los ámbitos de discusión a nivel central de la UdelaR y con lo discutido en nuestra facultad[5], vemos de suma importancia el tránsito hacia la profesionalización de nuestro personal docente.
Una adecuada correlación entre grados y dedicación, con exigencias y responsabilidades asignadas a cada caso permitirán una mejor evaluación y coordinación de las funciones asignadas.
Además el espíritu de aplicación de una continua evaluación y actualización de los saberes docentes no hace más que ser coherente con el proceso de cuestionamiento que está teniendo nuestra casa de estudios.
La transparencia y los procedimientos bien claros llevados a cabo en los concursos y claros mecanismos de promoción incentivarán el crecimiento cualitativo y cuantitativo de nuestros docentes.
Nuestra duda se sigue planteando en cuanto a los perfiles y la exigencia de determinadas funciones según grado, exigiendo la enseñanza por sobre todas las cosas. A su vez, los grados siguen teniendo un dejo de estructura piramidal que con una inadecuada combinación de dedicaciones, podría perpetuar el sistema actual de forma solapada.
Vemos que muchos de los cambios que se quieren llevar a cabo son impulsados desde facultades con un alto porcentaje de dedicaciones totales y con un fuerte perfil académico, que muestran una tendencia a las altas dedicaciones y a la generalización de los posgrados en las planillas docentes como un camino natural. Debemos tener bien presente que a nuestro servicio le va a costar muchos años ir hacia ese rumbo del cual no estamos tan  seguros de que sea necesariamente conveniente en una facultad como la nuestra.



[1]  Sección  basada en el documento “Comentarios de CGU-Corriente Gremial Universitaria sobre el Anteproyecto con alternativas de Nueva Ley Orgánica de la Universidad de la República” – Mayo 2010
[2]  Documento de CGU “Aporte de la CGU hacia la nueva ley orgánica de la Universidad de la República”. – Julio 2008
[3]  Documento ”22 años de militancia en la Universidad” – CGU, 2005
[4]  Parte final  del documento “Mitos y desencuentros de la reforma universitaria” del grupo de egresados Alternativa Universitaria, agosto 2009
[5]  Documento realizado en la comisión de Carrera Docente del consejo (2009) y Anexo  de “Propuesta de Plataforma de ADUR CCEE”, Junio 2010 


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